Todos los niños son excepcionales no hay ninguno igual y cada uno tiene unas particularidades maravillosas, como los distintos colores del arco iris. pero nos perdemos en el mar si un niño hace lo que hacen los demás,suponemos que ya hemos triunfado como padres o educadores, pero a menudo no es así, simplemente cambiamos niños extraordinarios por niños ordinarios...
Rosa Jové, La crianza feliz.
Cuando pensamos, hace ya nueve años, qué nombre poner a nuestra escuela, teníamos claro que tendría que ser un nombre muy especial, un nombre que estuviera a la altura de los niños y niñas a los que íbamos a tener el honor de recibir.
Tenía que ser un nombre intencionado que nos recordara cada día nuestra filosofía de vida, natural, entusiasta, positiva, en continuo crecimiento. Huíamos de infantilizaciones pero por otra parte nos parecía importante que los niños y niñas sintieran como algo suyo el nombre de su escuela. es decir, que pudiera ser un centro de interés para nuestros peques.
Tenía que ser algo único y especial, como lo son ellos.
En realidad sin saberlo andábamos buscando un símbolo. Símbolo de fuerza y energía. Símbolo de algo auténtico, de algo único y maravilloso. Símbolo de sencillez, de paz de ilusión... pero no caíamos en la cuenta de "cuál era el nombre".
Queríamos tener siempre muy presente la importancia de nuestro trabajo, de esta tarea nuestra, la de educar tan seria, con un grado de responsabilidad tan alto, que vimos la necesidad de que el nombre, como hemos dicho antes estuviera a la altura de "Nuestros Soles y Nuestras Lunas". Así que lo teníamos ahí, en la propia naturaleza, dos astros únicos que irradian energía.
El Sol es la estrella luminosa más cercana a la tierra. La energía que irradia es indispensable para nuestra vida.
La Luna es el único satélite natural de la tierra. Después del Sol es el objeto más brillante del cielo.
El sol es el día, la luna es la noche. El sol el niño, la luna la niña. Dualidad, autenticidad.
El sol y la luna son únicos, sorprendentes, asombrosos, admirables y admirados.
Así son Nuestros Soles y Nuestras Lunas, irradian una energía indispensable para nuestras vidas, son dulces, alegres, son nuestra razón de ser. Brillan con luz propia, no dejan de sorprendernos cada día con sus nuevos y espectaculares aprendizajes.
Nosotros los adultos somos la tierra, que firmemente los sujeta para que nuestros Soles y Nuestras Lunas no caigan al suelo de golpe. Les guiamos suavemente para que vayan descendiendo poquito a poco, sin prisas, con sentido común y siempre, siempre a su lado. Al menos desde esta escuela, así creemos que ha de ser.
"No sabrás todo lo que valgo hasta que no pueda ser junto a ti todo lo que soy"
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